Estreno del documental Memorias del Saqueo

Jueves, 24 febrero 2005 | Envía esta noticia Noticia para imprimir

Memoria del saqueoFernando Solanas escribe y dirige este documental sobre las diferentes etapas desde 1976 a 2001 que ha atravesado Argentina, en las que se analiza la realidad económica, polí­tica y social del paí­s sudamericano. Mañana es el estreno.


El documental recuerda y analiza el perí­odo entre los años 1976 y 2001, retratando la decadencia económica, social, polí­tica, cultural y moral, realizando un duro cuestionamiento a las privatizaciones, el manejo de la deuda externa y el derrumbe industrial hasta llegar a la caí­da del gobierno de Fernando de la Rúa. Según el propio director, Memoria del saqueo es una manera de contribuir al debate que se está desarrollando en la Argentina y en el mundo, con la certeza que, frente a la globalización deshumanizada, otro mundo es posible. Pensada como una continuación de la sesentista La hora de los hornos, la obra es un relato militante, cuya vocación apunta a la recuperación de la memoria, la esperanza y los valores éticos, en tiempos en los que campea el olvido y la resignación

Fernando Solana, dedica este documental ha todos aquellos que resisten con dignidad la situación que se les ha presentado y que se rebelan contra la pobreza que amenaza con instalarse de forma permanente en sus vidas.

El director

Fernando “Pino” Solana nació en 1936 en Buenos Aires, es realizador cinematográfico desde hace 40 años, militante polí­tico desde su juventud y encarna el cine latinoamericano de desafí­o al poder. Ha firmado documentales como: “La hora de los hornos”, grito en imagen de la resistencia argentina, y ahora “Memoria del Saqueo”. Además una decena de pelí­culas para el gran público, entre ellas: “Tangos, el exilio de Gardel”, “Sur”, “El viaje”, “La nube”, etc

Entrevista al director sacada de rebelión

¿Memoria del Saqueo, una investigación-denuncia convertida en imagen – humanizada por voces y rostros- que intenta evitar el saqueo de la memoria?

En cierta manera sí­. El ciudadano medio vive bombardeado por decenas de medios de información controlados por grupos económicos y de poder. En Argentina pasó eso. Grupos que financiaron la desinformación a tal extremo que hicieron creer a la gente que el Estado era malo y que habí­a que desmantelarlo. El paí­s era vaciado ante el silencio cómplice de esos medios de información. ¿Cómo era posible que en Argentina, otrora granero del mundo, se padeciera hambre? Me sentí­ interpelado, además, por la pregunta clave de los jóvenes, la generación de mis hijos: ¿ qué pasó realmente en Argentina?

Le hago la misma pregunta…¿ Qué pasó?

Un camino ininterrumpido de dos décadas y media que aranca con la dictadura militar de Videla en 1976, que pasa por democracias neoliberales y que llega a la rebelión popular de diciembre del 2001 que tumba a de la Rúa (Fernando). ¡Saquearon el paí­s! Se sufrió un nuevo tipo de agresión silenciosa, cotidiana, que dejaba más muertos que el terrorismo de Estado en los setenta-ochenta y la guerra de las Malvinas (1982) . En nombre de la globalización y el libre comercio, las recetas socio-económicas de los organismos internacionales terminaron en el genocidio social y el vaciamiento financiero del paí­s. Y aquí­ hay un punto clave para entender todo esto: la responsabilidad de nuestros gobernantes, sea Carlos Menem (1989-1999) o Fernando de la Rúa (1999-2001), no exime ni al Fondo Monetario Internacional ni al Banco Mundial y a sus paí­ses mandantes. Y es lo que trato de mostrar con « Memoria del Saqueo »

Es decir…

Buscando beneficios rápidos y extraordinarios -mucho mayores que las mejores tasas de ganancia en los paí­ses del Norte- nos impusieron planes neo-racistas que suprimieron derechos sociales y condenaron a la muerte a millones de personas en Argentina y en todo el continente. Cada dí­a 55 niños, 35 jóvenes y adultos y 10 ancianos mueren en Argentina por enfermedades curables o malnutrición. Un promedio de 35 mil personas cada año. Esta es un concepto fuerza: fueron crí­menes de lesa humanidad en tiempos de paz.

Cuando se ve la pelí­cula se siente, junto con la precisa documentación y la calidad estética desbordante, su rabia personal muy fuerte, de fondo. ¿Es correcto este sentimiento?

Es así­. Fue esa realidad, una vez más, la que me impuso la necesidad de hacer memoria contra el olvido, recontextualizar las imágenes históricas y componer un fresco vivo de lo que habí­amos soportado durante ese tiempo.

¿ Pensó, al hacer su pelí­cula, estar elaborando un producto “alter-mundialista”, en tanto ese ejemplo argentino denuncia el funcionamiento ilógico de todo el planeta?

Cuando hago un film parto de mi necesidad, de las necesidades de la gente, del medio. Lo entiendo como mi contribución al urgente debate que se está desarrollando frente a esta mundialización deshumanizada. Y en ese sentido puede aportar a algo más global. Sin duda serí­a genial que realizadores suizos, franceses, españoles, de cada paí­s, hicieran pelí­culas equivalentes. Que presentaran desde su realidad y con su propia lectura estos mecanismos que condenan a nuestros pueblos. Por ejemplo, y aparece claro en el film, la responsabilidad de empresas internacionales y entre ellas del Banco Crédito Suizo en el vaciamiento financiero de Argentina. Es importante que llegue la información. Porque a veces en el Norte se piensa que la responsabilidad es sólo de nosotros. En todo caso una buena parte de responsabilidad le corresponde a los grupos de poder del Norte.

La memoria. ¿ Porqué está tan presente como tema y reivindicación en la América Latina actual, desde los zapatistas hasta el Cono Sur, casi sin excepción?

Porque la memoria es la principal arma de defensa y de sobrevivencia de los pueblos. La cultura es la memoria. Mucho más con esos grandes aparatos de desinformación que intentan bloquearla. Pero la resistencia, las masacres, la participación ciudadana, las experiencias de luchas pasan de boca en boca, de padres a hijos y de abuelos a nietos. Y se vuelve imprescindible volver a elaborar lo que fue verdadero y que casi nunca es incorporado en las historias de los vencedores, del poder. Y eso, justo cuando nuestro continente vive un explosivo renacer de la conciencia. Particularmente entre los pueblos indí­genas. Sean los zapatistas, las movilizaciones en Bolivia, en Ecuador etc. Y si uno mira para atrás se da cuenta como durante siglos destruyeron sus culturas, sus credos, sus religiones. Los conquistadores llegaron al extremo de construir iglesias inmensas sobre sus propios templos que eran maravillosos.

No piensa que se corre el riesgo, si se queda sólo en la memoria, de auto-limitar la acción al nivel de la constatación y el diagnóstico. ¿ Y el futuro?

Por suerte se está dando el fortalecimiento de un activo movimiento social, del cual el Foro Social Mundial es su principal expresión. Es obvio que cambiar el modelo va a llevar tiempo. Pero hay señales positivas. Mi pelí­cula, por ejemplo, empieza y termina con la rebelión popular de diciembre del 2001 que volteó al presidente argentino Fernando de la Rúa. Duró dos años; traicionó las esperanzas de la gente; no cumplió con lo que habí­a prometido…y lo sacaron. ¡La primera revuelta anti-neoliberal de Argentina! El pueblo le aplicó una nueva derrota al modelo…

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